Reseña
La obra de Rosario López surge de la reflexión sobre el significado contemporáneo de la palabra escultura, en sus “esculturas”, el hecho, la acción o el registro fotográfico son más importantes que el objeto y el resultado no es necesariamente una obra tridimensional. Esquinas gordas es la pieza que la dio a conocer, y en ella se registran fotográficamente las construcciones que hacen los habitantes de Bogotá en sus casas, para evitar que los ciudadanos miccionen sus residencias; la imagen fotográfica de una obra que la artista no construye plantea una reflexión del objeto en función del espacio; el interés de López es el documento, no el objeto. Otras de sus obras registran la relación entre un objeto y el horizonte o el paisaje y su estructura. Para la curadora María Wills “No obstante, aunque resulta necesario para dichos registros el medio fotográfico va mucho más allá del instrumento. La foto además del medio para capturar el instante es una construcción de la imagen como espacio escultórico. Generalmente el objeto es interpretado como escultura; (este) tendrá la capacidad de adquirir una apariencia fotográfica por encima de su naturaleza tridimensional. En este sentido el objeto derivado, o sea la foto impresa, sí será el punto final de ese proceso creativo que en algunos casos dura meses en la etapa de concepción previa al registro. Los acercamientos al paisaje son múltiples. Lo urbano y lo rural estarán presentes para mostrar un objeto que se expande y se presenta en espacios vacíos pero siempre cargados de significado.”