• Francisco Corzas (1936 – 1983)
  • Sandra, Retrato de Mujer,1978
  • Óleo /Tela
  • 75 x 60.5 cm
  • icono bandera México​

Reseña

En la obra «Sandra. Retrato de mujer» Corzas representa a una mujer con la mirada ciega, perdida en el infinito, en pasmada contemplación de la nada. El personaje emana un gesto sombrío y taciturno, pareciera obedecer a una tragedia escondida o angustia escondida. El ropaje es caprichoso y atemporal. La mayoría de sus obras reflejan el fácil manejo de sus instrumentos, apasionado por las entonaciones cálidas y los rudos contrastes de luz y sombra. Corzas ha sido considerado por los especialistas como un creador extemporáneo, reaccionario, anacrónico y goyesco. Posiblemente ese tipo de críticas hacían que el artista dijera que “Los únicos que saben de arte son los artistas.”

Biografía del autor

De familia numerosa y pocos recursos económicos Francisco Corzas pudo estudiar en la Escuela Nacional de Pintura y Escultura «La Esmeralda» entre 1951 y 1955. Desde pequeño se empiezan a notar sus dotes como pintor de temas recurrentes, ya que con los pedazos de carbones dibuja en las paredes del baño mariposas con alas abiertas y cristos. Carlos Orozco Romero, Manuel Rodríguez Lozano y Agustín Lazo fueron algunos de sus maestros. En 1956, a la edad de diecinueve años, decide viajar a Italia para estudiar pintura al fresco en la Academia de San Giacomo y desnudo en Bellas Artes de Roma, que serían decisivos para su formación. Con el único afán de ver pintura y saber más de arte, así como buscar una convivencia más estrecha con los lienzos de los grandes maestros, con ello obtuvo gran conocimiento de las obras del Renacimiento y del Barroco europeos. En 1958 recibe el segundo premio en la Feria Internacional Via Margutta de Roma y expone por primera vez en forma individual en la galería de la YMCA de la misma ciudad. En los años sesenta, ya de regreso en México, forma parte del movimiento de Ruptura con Fernando García Ponce y Alberto Gironella entre otros. La Galería de Antonio Sauza fue la primera en defender y demostrar su talento, pero es hasta 1962, al exponer en la Galería Misrachi, cuando obtiene su primer éxito comercial. En 1966 realiza un cuadro titulado «La empaquetada» ubicada en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México que en la actualidad es una de sus obras maestras. En 1972 expone su primera muestra individual en el Palacio de Bellas Artes con una retrospectiva (1962-1972) de su magistral obra. Un año después viaja a Europa y realiza dos óleos para el Vaticano: «Profeta» (sala 12) y «Plegaria» (sala stampa), además realiza diez litografías «Los Profetas» en la Gráfica Caprini de Roma, la serie de litografías «Umbrío por la Pena», en la Gráfica Umpiglio de Milán y en París también realiza trabajos litográficos en el taller Bramsen. Además la serie de once litografías basadas en el tema de «Carmina Burana» que se desarrolló en Milán. Posteriormente en 1976 presenta en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México la exposición «Agonías y otras ofrendas». Dentro de los temas que realiza Francisco Corzas se encuentran los desnudos y mujeres asustadas. Corzas representa a la mujer como algo enigmático, son como apariciones que se ubican en cualquier parte. El color predominante es el terroso añadiéndole un poco de tono luminoso. No es fácil describir la obra de Corzas o adentrarse a descifrar qué es lo que quiso representar, lo que si podemos percatar es que su pintura conserva un gran parentesco con la pintura española y es ante todo y sobre todo una larga profunda meditación y una metáfora de la estremecedora realidad del hombre.