• Francisco Zúñiga (1912 – 1988)
  • Mujer del Sur,1979
  • Dibujo / carboncillo y pastel /Papel
  • 49 x 68 cm
  • icono bandera México​

Reseña

En “Descanso” representa dos figuras que se compenetran a través de una placida contemplación en esa actitud de abandono, de laxitud que tanto gusta representar el artista. En ocasiones otorga a sus figuras el carácter de un símbolo racial tan poderoso, tan lejano o impenetrable, que se ha convertido en uno de los más trascendentes logros que Zúñiga ha llegado a alcanzar a través de su obra. La ternura maternal parece yacer, como esencia misma, como materia prima, en las pinturas y esculturas de Francisco Zúñiga. Maternidad que se reviste a veces de trabajo y faena cotidiana, de ocios y letargos, de una innegable sensualidad plástica. Zúñiga es un estudioso de la mujer, de sus poses, de su conducta, de sus maneras, de sus formas. Nada le desvía de esa intención. Las figuras, anatómicamente generosas, ampulosas y gratas se afincan sobre la tierra misma para sembrarla en una cíclica apología de la fecundación. «Mujer del sur» es un documento etnográfico y un ensayo anatómico. Zúñiga parece haber elegido las mujeres de Oaxaca, Chiapas, Yucatán y Campeche como objeto formal de su preferencia. La obra está coloreada en determinadas zonas a base de trazos breves y untando las manchas de color que se vuelven indispensables para darle cierta volumetría y un total aislamiento como si fuera una escultura, la sitúa en una posición ausente del mundo, de las ideas o de las pasiones.

Biografía del autor

Escultor y pintor costarricense, afincado en México. Aprende el oficio en el taller de su padre, Manuel Zúñiga Rodríguez, autor de imágenes religiosas y continuador de una tradición familiar de tallistas y escultores. En 1927 se matricula en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal, donde recibie lecciones de dibujo por poco tiempo. En el periodo 1928-1934 trabaja como ayudante en el taller familiar de escultura religiosa. En 1935 gana el primer premio del Salón de Escultura en Costa Rica, con una imponente escultura en piedra que denominó “La maternidad”. Seducido por México, se viene a residir en 1936. Estudia diseño con Rodríguez Lozano y escultura con Oliverio Martínez, con quien colabora para realizar los innovadores grupos escultóricos del “Monumento a la Revolución Mexicana”. En 1938 es nombrado profesor de la escuela de Escultura y Talla Directa «La Esmeralda», dirigida por Guillermo Ruiz, su fundador. En 1943 participa en la organización del Taller Libre de Escultura junto a Pedro Coronel, Alberto de la Vega y Manuel Felguérez. En 1946 se independiza y comienza los encargos oficiales con el monumento conmemorativo de la presa de Valsequillo (Puebla). En 1958 obtiene el Primer Premio de Escultura del Instituto Nacional de Bellas Artes. Realiza numerosos monumentos, entre los que destaca el “Monumento al poeta Ramón López Valverde”, un conjunto de bajo relieves y de figuras levantado en la villa de Zapotecas; “La riqueza de la mar”, en el puerto de Veracruz, o la fachada de la Secretaría de Comunicaciones. Su personal estilo se caracteriza por la representación de recios y orgullosos personajes indígenas, sobre todo femeninos.