• Ricardo Regazzoni (1942 - )
  • Monograma I 4/10,1972
  • Serigrafía /Papel
  • 52.5 x 52.5 cm
  • icono bandera México​

Reseña

Estas obras forman parte de una serie de monogramas como el artista la titula. Son obras basadas en principios geométricos. Utiliza líneas rectas, curvas, el cuadrado y el círculo. La paleta es muy reducida y consta principalmente de dos tonos cálidos: el terracota y el café. Utiliza el blanco para acentuar el círculo o círculos centrales que es o son los que marcan el número que le corresponde a la obra en la serie.

Biografía del autor

La obra del mexicano Ricardo Regazzoni se define de muchas maneras en su paso por las salas de exposiciones de Nueva York, Seúl, México, Holanda, Madrid o Alemania. Artista de convicciones profundamente humanistas, aunque pareciera una paradoja su elección al expresarse en un estilo más frío y razonado como lo es la arquitectura o el geometrismo, durante una larga temporada de su producción. Muchos de nosotros desconocemos al intelectual que combinó estudios de filosofía con los de arquitectura en la UNAM, y al museógrafo profesional formado en Estados Unidos, quien produjo intermitentemente formas figurativas, que a finales de los años 70 son embestidas agresivamente por la censura de la crítica cultural de entonces, cuando congruente con su postura de vida, muestra al público su sentir y preferencias manifiestas en obra gay altamente incomprendida, que le hace retomar un lenguaje abstracto que finalmente le significa sólo una coincidencia generacional más inofensiva. Su obra tiene un fuerte ascendente en la persona de Luis Barragán con quien colabora en su faceta de arquitecto y quien le estimula por primera vez a incluir escultura en entornos arquitectónicos. Con él descubre relaciones geométricas que coinciden con la naturaleza de manera intuitiva; y de Vicente Rojo, un impulsor importante para su ingreso al medio artístico, aunque reconoce tener la vena de creador desde la infancia. Sus influencias academicistas, antes que encontrarse en el arte mexicano, están en la obra de Brancusi o de Giacometti, la oportunidad de haber conocido de primera mano el arte europeo, y desde luego de su abuelo, quien fue un escultor que tallaba la piedra para colaboraciones en proyectos de Boari y otros artistas activos durante el porfiriato y la primera mitad del siglo XX. Regazzoni posee un lenguaje riguroso y virtuoso que se expresa a través de columnas con complejos diseños geométricos, que generalmente están pensados para integrarse en grupos con simétricos cortes, sombras y figuras caleidoscópicas. El artista señala que sus piezas doradas tienen más que ver con la observación de Rojo, quien le encontraría un ascendente en la retablística del barroco mexicano, que en la presencia de influencias de los protagonistas del geometrismo en el México de las décadas de los años 60 y 70. Regazzoni ha expuesto en la GAM (Galería de Arte Mexicano) en 1983, 1987 y 1995; en el Museo Rufino Tamayo y en el Museo de Monterrey en 1984; en la Galería Max PROTECA de Nueva York, en la Van Rooy de Ámsterdam y en el Centro Cultural de México en París, en 1993.