Reseña
Los arrieros es una obra de la madurez de Luis Alberto Acuña, cuando sus ideas y métodos de trabajo se encuentran plenamente consolidados, pero se mantiene fiel a búsquedas que se remontan a los inicios de su trabajo artístico, vinculados con el movimiento “Bachué”. En efecto, a lo largo de su vida, Acuña busca insistentemente que su obra manifieste con evidencia su punto de partida, que se encuentra en la investigación acerca de las raíces prehispánicas, ancestrales y populares de América Latina, investigación que se despliega también en los campos de la antropología, la sociología, la literatura y la historia del arte. Lo que siempre pretendió fue transformar el arte colombiano al vincularlo con las condiciones de la vida americana y olvidarse de la simple imitación de la realidad y de las modas europeas. Cuando en las décadas siguientes el indigenismo fue criticado por su carácter limitado, al menos en la versión que intentaba definir una cultura nacional auténtica separada de los elementos españoles y europeos que también la configuran, Acuña se mantuvo fiel a su pensamiento señalando que su poética integraba la cultura colonial y los aportes de la artesanía tradicional. En esta dirección alejada del puro indigenismo, reivindica los valores autóctonos y las costumbres rurales, al tiempo que acentúa y exagera los rasgos étnicos de los campesinos colombianos, tal como puede percibirse en Los arrieros. Quizá el principal elemento distintivo en el estilo de Luis Alberto Acuña es el uso constante de pequeñas pinceladas separadas que cubren totalmente las superficies de sus pinturas. Muchas veces los historiadores y críticos se refirieron a este peculiar procedimiento hablando del “puntillismo” de Acuña, pues parece recordar el sistema de trabajo de los neoimpresionistas franceses Georges Seurat y Paul Signac; de hecho, Acuña alcanzó a conocer a Signac en París e incluso se dice que fue su alumno. Sin embargo, el uso del concepto es inadecuado porque el interés del pintor colombiano está totalmente alejado de las búsquedas ópticas y cromáticas de Seurat y Signac. Pero es interesante que, lo mismo que ocurre en estos artistas, Acuña introduce un problema que no tiene que ver con la representación misma de la realidad sino con la estructuración de la pintura, lo que ubica su obra en el camino de las búsquedas de autonomía propias del arte moderno; paradójicamente el origen de este procedimiento tan avanzado debería buscarse en el trabajo de Acuña como tallador de madera. Lo que se observa en la pintura de Los arrieros es una sólida estructura, definida por contornos casi exagerados que hacen pensar en el “cloisonismo” de Gauguin y Bernard. Estos contornos determinan claramente las relaciones entre los distintos elementos y el espacio y acogen amplios fondos de colores bastante planos. Sobre esas zonas neutras, los trazos aislados aportan luces y sombras, refuerzan los contrastes de color y la potencia del contorno y, a diferencia de lo que buscaba Seurat, generan una fuerte sensación de movimiento, sensación derivada del efecto de inestabilidad que inducen en la mirada del espectador.
Biografía del autor
Luis Alberto Acuña nació en Suaita, Departamento de Santander, en 1904. En 1923 ingresó a la Escuela de Bellas Artes en Bogotá y al año siguiente ganó un concurso organizado por el gobierno de Santander, que le costeó un viaje a Europa y una pensión. Se trasladó entonces a París donde estudia en las academias Julian y Colarrosi, en la Escuela de Bellas Artes y en “La Grand Chaumiére”; en Madrid estudia en el taller de Victorio Macho. Hasta 1929 permanece en Europa; participa en numerosos salones y realiza exposiciones individuales en París y en Madrid. Durante su estancia europea coincide con los escultores colombianos José Domingo Rodríguez y Rómulo Rozo con quienes percibe la necesidad de romper con las españolerias pictóricas que predominan entonces en Colombia y buscar un arte basado en las raíces y peculiaridades de la vida americana. De esas ideas nacionalistas nace el movimiento “Bachué” que tuvo en Acuña uno de sus principales promotores. Pintor, escultor, muralista, grabador, crítico, historiador, docente de arte, gestor cultural, desarrolló una inmensa obra, una parte importante de la cual se conserva en la Casa Museo Luis Alberto Acuña creada por él en Villa de Leyva, Boyacá. Falleció en Tunja en 1993.
Carlos Arturo Fernández – Grupo de Teoría e Historia del Arte en Colombia, Universidad de Antioquia.