Reseña
En la década de los años 60 aparecen obras de un grupo importante de artistas colombianos frente a los cuales se empieza a hablar de vínculos más o menos cercanos con el Arte Pop norteamericano que en esos momentos se impone en la escena de Nueva York. Se trata de uno de los problemas más interesantes de ese momento porque en muchos casos, como los de Fernando Botero y Beatriz González, esa relación se establece sin tener en cuenta su proximidad a temas populares o provincianos que, por supuesto, estaban muy lejos de la idea del Pop relacionada con las imágenes de los medios de comunicación de una sociedad de consumo avanzada. De todas maneras, la creciente internacionalización del arte colombiano de la época hace que haya un interés cada vez mayor por las propuestas del Pop que, sin embargo, en el curso de la siguiente década empiezan a contaminarse con las ideas del Arte Conceptual. Por eso, una obra como la de Elsa Zambrano mira ya directamente al Pop pero se carga de propuestas y sugerencias sociales y culturales enraizadas en el ámbito nacional. De la serie Las escuelas es un trabajo que apareció en la primera exposición individual realizada por Elsa Zambrano. El planteamiento formal es claramente Pop. Todos los colores son absolutamente planos, casi como si fueran el resultado de un proceso industrial de pintura. Frente a este uso uniforme del color podría recordarse la práctica de artistas norteamericanos como Warhol y Lichtenstein; sin embargo, quizá esté más próximo a la pintura pueblerina de las “chivas” o “buses escalera” o de los muebles en lámina metálica que aparecían en los mercados populares colombianos y que ya habían sido abordados por Beatriz González en su obra. El espacio pictórico se crea por la superposición y contraste entre esos planos de color, sin ninguna estrategia de perspectiva: con la mirada avanzamos hacia el fondo contando solo con la amplitud de la superficie de cada color que se nos ofrece. El punto de vista es tan cercano que los personajes ocupan totalmente nuestro campo visual e incluso escapan de él; no hay posibilidad de distanciamiento; estamos inmersos en el grupo y no podemos apartarnos: la distancia nos permitiría pensar, mientras que este vínculo estrecho solo nos permite sentir que somos parte de la muchedumbre. Lo mismo que en todas las pinturas de Elsa Zambrano de estos años, los personajes son anónimos y genéricos, como ocurre con frecuencia en el Pop, pero su propuesta implica una visión política y cultural. No vemos sus rostros; son parte de una multitud que se agolpa en un espacio urbano y cuyos integrantes se individualizan solamente por el tipo de ropa que llevan. Sin lugar a dudas, la niña con su vistoso uniforme de colegiala genera una dinámica que parece romper la superficie plana. Pero incluso en la pequeña se impone la lógica del anonimato y de la catalogación social que solo permite que nos distingamos por la pura exterioridad del vestido: policía, soldado, campesino, hombres de la ciudad, estudiante. Maniquíes anónimos también nosotros, los observadores que resultamos agolpados en la masa.
Biografía del autor
Elsa Zambrano nació en Bogotá en 1951. Entre 1973 y 1975 estudia litografía y grabado en la Universidad Nacional de Colombia, en Bogotá. En 1975 recibe el título en Bellas Artes de la Universidad Jorge Tadeo Lozano. Completa su formación con diversos cursos en Barcelona y París. En 1976 es invitada al II Salón Atenas, del Museo de Arte Moderno de Bogotá. En 1979 presenta su primera exposición individual titulada Las escuelas, en la Galería Garcés Velásquez, de Bogotá. Ha mantenido una actividad constante en exposiciones colectivas e individuales. En 2013 presentó en Bogotá su Museo imaginario: un conjunto de pequeñas cajas en las cuales, a partir de postales, recrea momentos y escenas de la historia del arte; ese trabajo continúa en la muestra Magnífica obsesión, de 2015.
Carlos Arturo Fernández – Grupo de Teoría e Historia del Arte en Colombia, Universidad de Antioquia.