Nace en la ciudad de Atlixco Puebla en 1811 y deja una vastísima obra que abarca según el catálogo, conservado por sus descendientes, mil ochocientas noventa y cinco pinturas. Las academias regionales difundían los géneros que hasta entonces, en la producción capitalina, habían sido marginados: el costumbrismo, el bodegón, el retrato Morales, artista poblano que se traslada desde muy joven a la capital del estado para ingresar en la Academia de Bellas Artes, donde años más tarde es nombrado Director de la misma. Francisco desempeña cargos como el de diputado al congreso estatal, síndico del ayuntamiento de Atlixco, profesor en varias instituciones, activo benefactor del Hospital de Dementes, de un orfanatorio y del Colegio de San Vicente de Paul y demás. Los temas más recurridos por Francisco Morales son el religioso, llevándolo también a la pintura mural. De formación estricta dentro de los lineamientos del romanticismo tardío, se orilla a representar otros temas sobresaliendo el paisaje urbano Desde 1859 y hasta su muerte en 1884 es el director de la Academia poblana. A mitad de siglo se considera a Francisco Morales como uno de los mejores pintores del país y su prestigio fuera del círculo poblano se debe a los retratos que realiza de Maximiliano y Carlota.