Reseña
En la mayoría de las obra de Vlady, aparece un simbolismo difícil de descifrar, sin embargo en Caballo se puede apreciar una ambivalencia en cualquier sentido, si se la contempla de pie o de cabeza. El tigre vendría a simbolizar al mundo prehispánico y el caballo el mundo hispánico. La cola de ambos animales se funden y, mientras el cuerpo del felino se compone a base de sus propias circunvoluciones, el del caballo está logrado a través de múltiples apariciones o sugerencias de relación visceral entre la bestia y su montura. Sucesivamente, en sus obras, es figurativo abstracto.
Biografía del autor
Nace en plena Guerra Civil Rusa. Hijo del notable escritor y político anarquista Victor Serge, un auténtico heredero de la ideología anarquista y con relativa empatía con el trotskismo y como tal sufrió al lado de sus padres la persecución emprendida por el régimen totalitario de Stanlin. Durante algunos años padre e hijo son confinados a un gulag (Dirección General de Campos de Trabajo) en Orenburgo, Siberia, mientras que su madre, Liuba Rusakova, es remitida a una clínica psiquiátrica a cargo del Ejército Rojo, dado que las constantes persecuciones y el enorme estrés la afectaron severamente. En 1936, Stalin anuncia la liberación de su padre al exilio y la familia es acogida en Bélgica. Posteriormente, emigra a Francia, país donde Vlady decide encauzar su vida al desarrollo artístico. Entra en contacto con Andre Breton, Berdayev, Joseph Lacasse, Pierre Pascal, Victor Brauner, Óscar Domínguezz, André Massonn, Wilfredo Lamm y Aristide Mailloll, y es con este último que desarrolla estrechamente el dominio de la técnica en grabado y pintura. Su estancia en Francia le permite conocer de manera informal la obra de Diego Rivera. En 1941, padre e hijo emigran nuevamente debido a la ocupación de Francia por parte del ejército alemán bajo el régimen nazi, y emprenden el viaje hacia la Martinica, República Dominicana y luego a Cuba. Sin embargo, son rechazados sistemáticamente en estas naciones debido a su filiación comunista. Entre tanto, la madre de Vlady permanece en un hospital psiquiátrico de Aix-en-Provencee, donde muere años después. Finalmente, en 1943 son acogidos en México, meses después del asesinato de León Trotskyy, quien también había sido acogido en dicho país. A la muerte de su padre en 19477, Vlady contrae matrimonio con Isabel Díaz Fabela, quien se perfilaría como el lazo cultural mexicano que se conjugaba con sus orígenes, resultando una amalgama de creatividad, forjada en la mente del pintor. Dos años después, Vlady decide obtener la nacionalidad mexicana. A partir de entonces, emprende su participación constante en exposiciones e inicia largos recorridos por Europa en los que exponía sus mejores trabajos. Instigador de la Generación de la Ruptura, se acerca a Alberto Gironella, Héctor Xavier, Enrique Echeverría y José Luis Cuevas quienes, a la par de Rufino Tamayo, buscan terminar con la hegemonía de los tres grandes, Siqueiros, Orozco y Rivera, estableciendo los derroteros del Nuevo Arte Moderno a partir de los años 1950. Vlady participa activamente en diversas bienales en Argentina, São Paulo y París en los años sesenta. Su espíritu rebelde lo lleva a participar en distintos homenajes, obteniendo distintos reconocimientos y becas que prolongaron su recorrido por Francia, Japón, Italia y Nueva York. Hacia 1971 recibe el premio del Salón Anual de Grabado en la Plástica Mexicana, invitado por Luis Echeverría Álvarez para pintar murales. Le fue sugerido compartir espacio con las obras de Rivera en Palacio Nacional, pero rechaza la propuesta por considerar innecesario confrontarse a él, además del espacio limitado que se le sugería. Vlady dona al Instituto Nacional de Bellas Artes, poco antes de morir, un acervo personal de 4,601 piezas, dibujos, pinturas y grabados. En 2004 entregó las primeras 500 obras de la donación y el resto se encuentran en casa del artista.