• Saturnino Herrán (1887 – 1918)
  • Cabeza De Viejo,1915
  • Óleo /Tela
  • 37.5 x 25.5 cm
  • icono bandera México​

Reseña

«Cabeza de viejo» es una obra donde realiza con gran intensidad narrativa el manejo de luces y sombras, el perfeccionamiento de la línea que marca la flacidez de la piel, la expresión melancólica de la mirada y la austeridad del fondo. Todos estos elementos se unen para transmitir una profunda soledad al espectador. Las pinceladas son amplias y pastosas y la abundancia de los recursos del color son tomados del impresionismo y de la formación académica impuesta por Fabrés.

Biografía del autor

Saturnino Herrán inicia sus primeros estudios, en el Colegio de San Francisco Javier, en Aguascalientes. A los diez años de edad denota una gran disposición para el dibujo, dirigidos primero por su maestro José Inés Tovilla y después por el profesor Severo Amador. Cuando ingresa al Instituto Científico y Literario de Aguascalientes, para hacer estudios de preparatoria, tiene como condiscípulos a Ramón López Velarde, Enrique Fernández Ledesma y Jesús Contreras, entre otros, quienes se reunían para hablar sobre pintura, música y literatura. Después de la muerte de su padre, en 1901, Saturnino se traslada a la Ciudad de México junto con su madre. En 1904, ingresa a la Academia de Bellas Artes y se convierte en el discípulo predilecto del maestro Antonio Fabrés, último maestro europeo que contrata el gobierno para venir a la Academia. Un año después participa junto con Diego Rivera, Ángel Zarraga, Roberto Montenegro y el Dr. Atl, quienes eran sus compañeros de estudio, a la primera exposición escolar. Al salir Fabrés de México, Saturnino Herrán toma clases con Germán Gedovius y Leandro Izaguirre. La obra «El trabajo» es una de sus primeras pinturas firmadas. Diversos premios y menciones honoríficas, en sus clases de dibujo, colorido y composición, hablan de la estricta disciplina dentro de la cual se formó. En 1910 rechaza una beca para estudiar en Europa y ocupa un puesto de dibujante en la Inspección de Monumentos Arqueológicos copiando los frescos que se estaban descubriendo en Teotihuacán, poco tiempo después es nombrado profesor de dibujo en la Escuela Normal para maestros. «El gallero» y «El jarabe» son obras que realiza en 1913 y obtiene por ellas la primera medalla de pintura. A los veintisiete años se casa con Rosario Arellano y realiza «Nuestros dioses» para el certamen de pintura de un friso decorativo en el Teatro Nacional que convoca, el director de la Academia, Alfredo Ramos Martínez. En 1918 expone, en el Ateneo Fuente de Saltillo, su tríptico «La leyenda de los volcanes» y participa en un concurso convocado oficialmente para realizar un retrato de Simón Bolívar y al poco tiempo fallece, el ocho de octubre a la edad de treinta y un años. Aun cuando Saturnino vive la época porfiriana siempre se inclinó por el espíritu hispano y por el alma indígena así como por la arquitectura nahua y la época virreinal.