A Clausell se le considera como el principal exponente del impresionismo mexicano. De origen mestizo, su padre catalán y su madre mexicana, se traslada a los 20 años a la capital y se recibe como abogado en 1896. De ideas revolucionarias, amigo de la justicia y la verdad, es encarcelado varias veces. Se dice que, entre sus colegas, le apodaron “el abogado gallina” por atender asuntos de personas humildes que le retribuían con un saco de maíz o con un ave de corral. Su profesión la ejerce junto con la pintura. Orozco, quien animara a Clausell a pintar, decía que en sus manos estaban los colores de los impresionistas y la destreza de la Escuela de París. Autodidacta y convencido de los principios formales que plantea el impresionismo, lo adopta para brindar una interpretación muy personal del paisaje mexicano. La pintura impresionista no constituyó en México propiamente un movimiento. Mientras en Francia se desarrolla, a finales del siglo XIX, en México el arte busca la expresión de lo propio en la historia y las costumbres. Clausell da el nuevo paso a la pintura del paisaje, ya no realiza los sitios históricos o monumentales, cualquier sitio como cualquier objeto tiene para él el mismo interés. Además de los paisajes que deja en su estudio, en la casa que habitó, la antigua mansión de los Condes de Santiago de Calimaya, hoy Museo de la Ciudad de México, las paredes pintadas de pequeños bocetos de figuras humanas, desnudos y alucinaciones. Ahí plasmó su fantasía y parte de su biografía. Clausell pinta incansablemente y recorre los alrededores de México como: Tlalpan, Ixtacalco, Texcoco, Santa Anita, San Angel, El Pedregal, etc. que se registran en los títulos de sus obras. El impresionismo de Clausell no es tan brillante y sutil como el de los pintores franceses; su color es rico pero recio, sus formas vigorosas. En sus obras emana una fuerza emocional, impresa por la cualidad intrínseca de los colores puros, mezclados directamente sobre el lienzo. El Dr. Atl consideraba la pintura de Clausell como la expresión más auténtica, espontánea y natural.