• Marta Palau (1934 - )
  • Juego de Ajedrez,S.XX
  • Escultura /Cerámica
  • icono bandera México​

Reseña

A la par de su trabajo con las fibras, Palau se desenvuelve con el mismo virtuosismo en otras múltiples técnicas, como se aprecia en Juego de Ajedrez, realizada en cerámica y que nos remite a su trabajo mucho más formal en el campo de la escultura monumental. Esta escultura de Marta Palau y Manola Ruíz es sin duda alguna fuera de lo común. Se trata de un juego de ajedrez a mayor escala, realizado en cerámica y pintado. Cada una de las piezas tiene una tendencia, como la mayoría de las obras de Palau, hacia lo orgánico y natural. Es como si estas piezas de barro brotaran de la tierra y formaran, con sus formas orgánicas y abstractas cada una de las figuras del ajedrez.

Biografía del autor

Llega a México en 1940. Estudia en La Esmeralda-INBA México, D.F., en el San Diego State University, San Diego, CA. EUA., y en el Taller Grau Garriga, Barcelona, España. La obra de Marta Palau y su labor como promotora cultural, la señalan como una de las artistas que con mayor entusiasmo ha contribuido a expandir el campo creativo del México de hoy. Desde los años sesenta, Marta Palau es uno de los puntales del arte mexicano, diferenciado por el carácter orgánico de su lenguaje escultórico, lo mismo que por la forma intuitiva con que se ha acercado a otras culturas y tradiciones. La Instalación efímera de Palau en el Salón Independiente de 1970 fue precursora en emplear la interactividad con el público, el cinetismo y la ambientación escultórica. Estuvo entre las obras más radicales del arte experimental de América latina, al proponer que el espectador habitara (y de hecho transformara) la estructura espacial de la obra. En forma paralela al interés generado por movimientos contemporáneos como el Land Art (expresión inglesa que se ha traducido como “arte de la construcción del paisaje” por la utilización de materiales de la naturaleza) en los años setenta Palau radicaliza esta vía, al usar el tapiz como un medio para explorar la relación entre naturaleza y cultura. A partir de un dominio técnico consolidado, Palau comprende que la experimentación no debía respetar ya los límites entre los géneros académicos de las artes plásticas, y que la colaboración de las artes podía darse de modo intuitivo sin suponer una integración final bajo la égida de un arquitecto. Sus tapices de lanas y fibras de mediados de los años setenta atestiguan el surgimiento de una sensibilidad material propiamente latinoamericana que, por medio del oficio manual, entraba en diálogo tanto con la escultura modernista como con las creaciones de las culturas indias de las Américas. El taller desarrollado por la artista mexicana en la ciudad de La Habana, a principios de los ochenta, invitaba a trabajar con materiales naturales del entorno inmediato, e inspiró a varios artistas de la vanguardia cubana, en particular Juan Francisco Elso. Marta Palau es prestigiada promotora cultural. Basta mencionar las diversas ediciones del Salón Michoacano Internacional del Textil en Miniatura, la extraordinaria y necesaria labor en el Centro Cultural Tijuana, donde organizó el Salón Internacional de Estandartes, ya transformado en bienal, el cual fracturó el cierre cultural impuesto a ese sector fronterizo, pues logró la participación de artistas de la totalidad del continente americano y sirvió de plataforma para el despunte de varios artistas de la localidad.